Moléculas de Amor

Desmintamos Creemos Dialoguemos Originemos Sólo restan trozos de ese amor

domingo, abril 13, 2008

La Espera

a S.G.G.



Hay días en que siento que espero.

Espero sola. Algo espero. Espero casi cualquier cosa.

A veces creo que espero solamente a mañana,

Que siempre llega.

¿Y cuando no llegue?

Habré dejado de existir sin saber qué esperaba.

Sin saber si esperaba.



Siento que espero. ¿Espero?

Quiero creer que no existe la espera.

Quiero pensar que la espera a veces pasa,

Como si pudiera vivirla.

Como si estuviera viva.



Siento que vivo. ¿Vivo?

En la larga espera, ¿vivo?



En era de pocas cosas ciertas,

Quiero pensar que consuela saber

Que si no vivo, no podrá nunca

Existir ese día en que espere un mañana,

Y no llegue.



Quiero saber, quiero que sepas,

Que si vivo sin vivir

Una espera sin saber qué espero,

-Repito, quiero que sepas, quiero saber-

Que mañana también voy a tener

Ganas de verte.

jueves, abril 12, 2007

algún poema



Decime que me calle.

Silenciame por la fuerza.

Raspame un clavo en la vereda,

O tirame moneditas.

Mirame, no me mires.

Quereme, no me quieras.

Qué me importa tu despiste?

Deshojá margaritas en mis calles

Y paseate con calma por las rutas.

Desarmá tus secretos en mis días,

Rociá de consonancia mis canciones,

Canciones de agobio y de rutina.

Leeme como a un libro…

Mirame no me mires

Quereme no me quieras.

Si te vas, no olvides: la ciudad espera.

Descansame en tus siestas,

Olvidate de soñarme,

Hablate a vos mismo, que es hablarme,

Y contame historias…

Barrená mis olas asfaltadas, gastame,

Usame como quieras. Siempre sobrevivo.

Mirame no me mires

Quereme no me quieras.

Detrás de las esquinas, la ciudad centinela.

Mentí elegantemente,

Como si no doliera.

Caminame con furia mientras llueva

Y temele a los rayos que me queman.

Cuidame un día a la semana,

Sabés que prefiero los domingos.

Refrescá con agua mis baldosas,

Regá la ciudad entera:

Soy una planta de petróleo, metales y madera.

Mirame no me mires

Quereme no me quieras.

De qué sirve advertirte mis costumbres?

Más te digo, más me huyes.

Cómo salir de una ciudad que encierra?

Apretame en tu olvido,

Buscame a través mío.

Describime, desciframe.

Encontrá mis vericuetos en las plazas,

Los callejones, los semáforos.

Estudiá mi infancia adolescente.

Fabricá tu vida en mi lecho…

La ciudad te quiere como puede…

Mirame no me mires

Quereme no me quieras.

Ciudad en llamas, ciudad siniestra,

Ciudad cansada, ciudad sangrienta,

Ciudad vacía,

Aquella ciudad

Que no te sienta.



ALEJANDRÍA.-


viernes, julio 21, 2006

Otra Vez; De Nuevo; Un Principio (al fin!)

¡Hola!

Siento que es necesario recomenzar este blog. Lamentablemente, no sé cómo. Así que voy a optar por hacerme la disimulada y escribir como si no hubieran pasado unos nueve meses desde el último post. Pero no puedo escribir como si no hubiera pasado nada. En realidad, ocurrieron muchas cosas (ficticias, reales y dudosas)... Pero me remito a hoy, que es más seguro. O, al menos, así parece.

Es viernes al mediodía, después del Día del Amigo. Hace mucho que no escribo. Me acuerdo que, cuando empecé este blog, creía que iba a estar siempre enamorada, aunque no de la misma persona y, a veces, ni siquiera de una persona. Pensé que iba a estar siempre enamorada de la vida, de la idea de vivir. Era una especie de revancha a la decepción y a las depresiones típicas de la adolescencia. Admito que me equivoqué. Hubo días en los que no amaba la vida. Hubo días en que llegué a pensar que nunca iba enamorarme de nuevo de esta vida. Por suerte, me sigo equivocando. Sigo aprendiendo. Sigilosamente, sigo estando enamorada de la idea de vivir.

Me di cuenta de que no se vive más por experimentar más sensaciones. Saber eso me costó muchas sensaciones desagradables.

Creo que ya perdí el hilo de lo que venía escribiendo. Y, como mi idea es, básicamente, escribir por escribir, sin rumbo fijo, aquí paro. ¡A ver qué sale! Sin prueba no hay error, pero tampoco hay vivencia.

Aunque este blog se llame ahora "Moléculas de Amor", es mío. Es una de las pocas cosas mías (¡y ni siquiera es una cosa real!). Ahora declaro a este blog como recepcionista irreal de mis contradicciones.

lunes, octubre 24, 2005

tomos de amor

Canto a la Musa del Alma, a la que siente, a la que existe


No es que crea que el amor lo es todo, pero tampoco pienso que no me importa. Siento cada enamoramiento como una obsesión a pequeña escala: pienso a la persona, recuerdo instantes juntos, hablo con ella en mi mente (es mejor que hablar sola). Y me enamoro. Me enamoro de ella, pero no de su imagen, sino de la imagen que yo creo de ella. Me enamoro de lo que dice, pero no cuando lo dice, sino cuando lo rememoro. Me enamoro de lo que diría si yo le dijera que...

A veces, me doy cuenta de que me enamoro. He aquí lo loco, lo injusto, lo inentendible: pierdo toda energía. Resulta inalcanzable, perdido, lejano. El desamor surge: es la primera espina.

Hasta ahí llego, si no me esfuerzo. Únicamente me esfuerzo si la realidad me muestra que mi enamoramiento tiene sustento. No lo hago a propósito, no lo pienso, no lo evalúo en ese instante. Después, sí: la música, las poesías, los sueños lo piensan por mí. El desamor me inspira, y recorro en las páginas de los libros esos amores de fantasía, que, reales, se tornan insulsos.

Ocurre, entonces, si elijo bien las hojas, si aquella persona existe fuera de mí, y me habla, y me necesita, y la necesito, que la realidad se vuelve libro: es la segunda espina. El amor resurge, se rearma. Puede todo terminar allí (los indicios eran falsos, sólo quedarán lágrimas de amor), como sucede casi siempre.

A veces, sólo a veces, todo sigue: es la tercera espina. He logrado comprender (o creo comprender, al menos) que ese es el momento de pensar y de accionar. Si nos decidimos, si nos regalamos un poco de valentía, se origina el milagro: vemos el capullo de la rosa. No hay más libro que nos guíe: hace falta vivir la historia.

sábado, septiembre 24, 2005

Vida Agitada

Bajo un catálago humorístico, de encuentros y desencuentros, yace mi vida.
Está abandonada. Y no es que la haya cambiado por una nueva, fresca, no; ocurre que no la hay.
Se me mezclan los recuerdos, la belleza, el amor y los milagros.
Memoria de la vida perdida, Memoria de la vida añorada, cuando miro las nubes del cielo es como si no viera nada.

lunes, septiembre 12, 2005

Salud y Dinero

Brindis a un lado, me bienvengo a mi blogspot y los bienvengo a todos aquellos que deseen pasar por aquí (a los que cayeron de rebote, también).

Guardé bajo la frazada
el escalofrío que dejaste anoche.
Amanecida enfermo,
dolida siento la sábana.
No hay frío
Mi voz
Tu nada